La vía verde uteniana

En 2015 la Universidad Tecnológica Nacional puso en funcionamiento su Repositorio Institucional Abierto, con el objetivo de brindar acceso abierto a producciones científicas y académicas elaboradas por docentes, investigadores y tecnólogos de esta casa de altos estudios. El Grupo de Investigación en Educación Sobre Ingeniería de la Facultad Regional Resistencia evalúa su funcionamiento y propone estrategias para perfeccionarlo.

“La ciencia debe romper con la tiranía de las revistas de lujo. El resultado será una investigación que sirva mejor a la ciencia y a la sociedad”.

La frase pertenece al biólogo estadounidense Randy Schekman, quien, un día antes de recibir el Nobel de Medicina en 2013, escribió una dura columna de opinión para el diario británico The Guardian, titulada How journals like Nature, Cell and Science are damaging science (Como revistas como Nature, Cell y Science están dañando a la ciencia).  

Schekman se refiere a las revistas de revisión por pares, que son aquellas que, por consenso internacional dentro de la comunidad científica, otorgan validez y credibilidad a una investigación. Tal es su influencia en el ámbito científico que los investigadores se ven prácticamente obligados a enviarles sus artículos académicos (comúnmente denominados papers), pues la publicación de una investigación en un journal de impacto no solo le otorga a su autor prestigio académico, sino que muchas veces determina la posibilidad de acceder a fondos para seguir investigando. De un tiempo a esta parte son cada vez los académicos que, como Schekman, vienen denunciando una “tiranía”, e incluso una estafa por parte de estas revistas y de las grandes editoriales que están detrás de ellas.

Los journals no pagan a los investigadores por sus artículos ni remuneran a los revisores –otros científicos- por su trabajo.Es más, por lo general, los primeros desarrollan su labor investigativa subvencionados con fondos públicos. Sin embargo, las editoriales de mayor ascendencia (“delujo”) cobran a las instituciones -bibliotecas, universidades, centros de investigación- costosísimas suscripciones, de unos cuantos miles de dólares anuales, para permitirles acceder a las investigaciones publicadas.  

Buscando romper con este oligopolio del conocimiento, y cimentado en las inmensas posibilidades que brinda Internet para hacerlo circular, está cobrando cada vez más fuerza el movimiento denominado Acceso Abierto (Open Access), una iniciativa internacional cuyo objetivo es permitir que cualquier persona en el mundo, con una conexión a la red, pueda acceder libremente –sin ninguna restricción de tipo económico, técnico o legal–a la información científica, académica y cultural.

Las bases del Acceso Abierto fueron establecidas en las Declaraciones de Budapest(2002), Berlin y Bethesda (ambas en 2003), donde se definieron dos estrategias principales para su fomento: el autoarchivo -o “vía verde”-, y la publicación en revistas de acceso abierto -o “vía dorada”-. La primera propone que los autores archiven sus artículos en repositorios de acceso abierto, como puede ser el repositorio institucional de la organización a la que pertenece el autor;la segunda se basa en la creación de revistas de acceso abierto (open access journals) que ofrezcan a investigadores la opción de publicar los artículos de manera inmediata (pasando por un proceso de revisión por pares).

Argentina adhirió a las “Declaraciones internacionales de las 3 B” sancionando en 2013 la Ley Nacional 26.899, de Creación de Repositorios Digitales Institucionales de Acceso Abierto, Propios o Compartidos, que establece que “Los organismos e instituciones públicas que componen el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (…) deberán desarrollar repositorios digitales institucionales de acceso abierto, propios o compartidos, en los que se depositará la producción científico-tecnológica resultante del trabajo, formación y/o proyectos, financiados total o parcialmente con fondos públicos”.

Dando el debido cumplimiento a la ley, la Universidad Tecnológica Nacional creó en 2015 su Repositorio Institucional Abierto (RIA),una biblioteca digital unificada e integrada para sus 30 Facultades Regionales,basada en los estándares, políticas y protocolos comunes del Sistema Nacional de Repositorios Digitales de la República Argentina (SNRD), una iniciativa del entonces Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de Nación (hoy con rango de Secretaría dependiente de la cartera educativa) que busca conformar una red nacional interoperable de repositorios digitales en ciencia y tecnología.

Con el RIA en proceso de crecimiento, el Grupo de Investigación en Educación Sobre Ingeniería (GIESIN) de la Facultad Regional Resistencia se propuso realizar una evaluación exhaustiva de la calidad de este repositorio, a fin de proponer estrategias pertinentes para lograr un funcionamiento y aprovechamiento óptimos. Para ello, el equipo de trabajo diseñó una encuesta destinada a docentes e investigadores, usuarios del mismo, de todas las facultades regionales(el proyecto involucra aproximadamente a unos 400 usuarios), y, a partir de sus respuestas, elaboró una escala de calidad, considerando tres dimensiones:

organizacional, vinculada con la alineación del Repositorio a los objetivos institucionales;

formativa, referida a la calidad de la formación online ofrecida;

formativa, referida a la calidad de la formación online ofrecida;

Dado que existen numerosas propuestas (guías, rankings y recomendaciones para la certificación de confiabilidad) desarrolladas por diferentes autores para evaluar la calidad de los repositorios, este equipo de investigación, tras un minucioso análisis, seleccionó para su evaluación las características que analizan los siguientes aspectos: visibilidad del repositorio, políticas,aspectos legales, su interoperabilidad, metadatos, estadísticas, interfaz y accesibilidad. A cada una de estas características se asignó el valor respectivo y el nivel de prioridad requerido, según se la considere imprescindible(I), recomendable (R) o conveniente (C).

¿Qué requisitos se consideran imprescindibles para un óptimo funcionamiento del repositorio?Entre otras, que el sitio web oficial de la universidad (o Facultad Regional)cuente con un enlace al RIA; que este tenga presencia en directorios y recolectores nacionales e internacionales; que sea difundido por la propia institución; que incluya información sobre propiedad intelectual para los autores y exija solicitud de autorización del autor para la difusión de contenidos; que presente una interfaz de búsqueda amigable y homogénea en su diseño, y que, además, incluya ayudas para la búsqueda; que las estadísticas de uso del repositorios sean de acceso público; que utilice el formato de metadatos Dublin Core y que respete los esquemas de codificación definidos por el Sistema Nacional de Repositorios Digitales.

Asimismo,este proyecto evalúa como recomendable que al menos el 70% de los grupos de investigación de la universidad publiquen sus artículos en el repositorio institucional y que, como mínimo, el 50% de las tesis y trabajos finales de posgrado estén publicados. También se considera recomendable que el RIA permita versiones en otros idiomas, que brinde alternativas textuales para el contenido no textual, que permita acceder a toda la funcionalidad mediante el teclado,que proporcione medios para ayudar a los usuarios a navegar y que los contenidos textuales sean legibles y comprensibles, entre otras.

Por último, se juzga conveniente que al menos el 50% del material de grado y posgrado, así como el 60% de los trabajos finales y tesinas de grado, sean publicados aquí; que el repositorio se relacione con la plataforma Moodle (el gestor de e-learning más utilizado a nivel mundial) y que permita acceder a estadísticas tales como el porcentaje de miembros de la comunidad que depositan en él y el promedio de ítems depositados por cada miembro de la comunidad.

Los Repositorios de Objetos de Aprendizaje, como infraestructura para la administración de los recursos digitales, se están convirtiendo en una herramienta imprescindible para toda institución educativa, posibilitando a docentes y estudiantes contar con los contenidos que se requieran a menor costo y con menores esfuerzos individuales e institucionales. De allí que dedicar tiempo y recursos a su perfeccionamiento debe considerarse una tarea prioritaria. Aquellas instituciones que no se preocupen por optimizar el funcionamiento de sus repositorios corren el riesgo de incurrir en altos costos por búsquedas ineficientes, recursos que se duplican (y, por ende, trabajo que se duplica) e importantes pérdidas de tiempo.

Afortunadamente,las instituciones educativas argentinas, y especialmente la Universidad Tecnológica Nacional, no solo han aceptado el desafío, sino que además están encarándolo con determinación, prestancia y creatividad.

Algunas curiosidades

  • Randy Schekman reconoce que él también ha publicado todo lo que ha podido en revistas de alto impacto, incluso algunos de los papers que le valieron el Premio Nobel de Medicina en 2013. Sin embrago, asegura a The Guardian que “eso se terminó”, e incluso fundó su propia revista científica de acceso abierto, llamada eLife.
  • En 2011, Alexandra Elbakyan, una desarrolladora de software e investigadora en neurotecnología kazaja de 23 años, fundó sci-hub, una web al estilo The Pirate Bay que pone a disposición de cualquier persona, de forma gratuita, más de 60 millones de artículos publicados por las grandes revistas. La editorial académica Elsevier le inició una demanda y logró que en 2016 un tribunal de Nueva York ordenara la suspensión del dominio. Pero terminar con la piratería en Internet no es tan sencillo, y sci- hub continúa funcionando con otro dominio y recibiendo un promedio de 30 mil visitas diarias, especialmente de investigadores.
  • En virtud de la importancia que revisten para la universidad, en la Facultad Regional Resistencia de UTN se está dictando un curso específico sobre la temática de Repositorios Institucionales de Acceso Abierto, destinado a docentes de esta casa de estudios y a quienes cursen la carrera Licenciatura en Tecnología Educativa. El mismo está a cargo de Valeria Sandobal Verón, investigadora de GIESIN.

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2 Replies to “La vía verde uteniana”

  1. Es verdad lo que dice Randy Schekman. Sin embargo, para publicar en su revista “eLife”, como en cualquier otra revista Open Acces, hay que pagar un costo. Éste generalmente es muy alto, para los fondos de investigación que manejan las facultades argentinas por ejemplo.
    La única manera de medir el verdadero impacto de una investigación científica es, principalmente, mediante las citas del mismo y cuánta gente lee y descarga el artículo. El problema de las revistas que no están ranqueadas por impacto, o no están indexadas, es que no se puede saber quién ha citado la fuente. No se puede rastrear el impacto, y en ocasiones la revisión por pares del artículo no es tan rigurosa como lo es la de revistas con alto impacto. Si uno no puede rastrear eso, la investigación no existe y queda abandonada en páginas webs de poquísimo alcance.
    Apoyo completamente los repositorios abiertos, porque uno puede poner al alcance de todos (sin el formato elegante de la revista) un artículo que en ocaciones no es posible leerlo sin pagar. Pero , la realidad de la ciencia es esa, y así se construyó el conocimiento científico que tenemos hoy en día.
    Por otra parte, la iniciativa de Alexandra fue impresionante. en Argentina por ejemplo no tenemos acceso a editoriales como Wiley y la Royal society of Chemistry, que concentran una gran parte de los artículos con más impacto en la ciencia. Pero gracias a sci-hub podemos acceder a ellos. La plataforma Research Gate, apareció también para borrar un poco estas fronteras, porque uno puede pedir directamente al autor una copia de su paper.

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